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«Alguien sabe si es un lobo o lobo sato»

En el grupo de Facebook ‘Memesterio’ un internauta identificado como Abraham Martínez Fernández compartió el día de ayer unas fotos que le llamaron la atención tras su visita el pasado domingo al conocido Zoológico de 26, en el Vedado habanero, y cual sería su sorpresa al encontrarse que dentro de la jaula donde supuestamente debía estar viviendo un ejemplar de lobo canadiense se encontraba un perro callejero.

«El domingo me tope con esto en el Zoológico de 26. Alguien sabe si es un lobo o lobo sato, porque de lobo creo que no hay nada», escribió junto a las imágenes en las que aparece el can encerrado en la jaula.

Captura de Facebook

Las reacciones de los usuarios fueron inmediatas, y la publicación se ha convertido en todo un viral, con cientos de comentarios, reacciones que superan las 2500 y más de 100 compartidos.

«Yo creo que ni el mismo sabe que es lobo. Pa mi que la donación en vez de Canadá, vino de zoonosis», «Pobre perro. Esta gente ya no saben que mas inventar, si todos sabemos que los animales del zoológico están cansaditos de vivir. Quedan los venados de afuera y porque pesan cantidad sino ni eso quedara ahí», «Ese es un Lobo Canadiense lo que emigró al país equivocado, por eso tiene pinta de perro sato», «Ese cartel es como cuando vas a una casa que dice cuidado con el perro y lo que tienen es un Chihuahua», «Ese perro lo que se comió al lobo canadiense, quedó demostrado en la investigación que se hizo, específicamente de la raza sato habanero», fueron algunos de los comentarios de los integrantes del grupo.

Incluso, uno de los internautas asegura que se tropezó con la misma escena hace unos días, y ante la duda le preguntó a uno de los trabajadores de la instalación, quien le respondió que se trataba de «una hiena».

Para muchos, el Zoológico de 26 es una opción que nunca pasa de moda, aunque su panorama actual sea un verdadero espanto.

Un sitio con escasos animales desnutridos, estanques sucios y una oferta gastronómica casi inexistente es lo que encuentran quienes se aventuran a visitar esta icónica instalación habanera.

El zoológico es uno de los contados lugares recreativos baratos para los niños de La Habana y la cola lo demuestra. Las entradas cuestan 10 pesos para los adultos y cinco para los menores. Con la entrada, los visitantes consiguen un puñado de galletas zocatas y un paquete de pellys.

Dejando a un lado eso, lo único asequible que se puede encontrar son unos panes con queso fundido a cinco pesos. La otra alternativa es recurrir a los vendedores privados, cuyos precios se le escapan de las manos a la mayoría de los padres: una muñeca de trapo 600 pesos, una serpiente de goma 200; ni hablar de las confituras: un paquete de galletas de chocolate 300 pesos y una caja de jugo a 400.

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